La puerta del aula 202 estaba entreabierta, invitando a quien se aventurara por el eterno pasillo de la Universidad Torcuato Di Tella a infiltrarse y espiar. Y acepté la invitación. ¿Qué es lo que logra hipnotizar mi cuerpo y absorberlo hacia el interior de ese salón que parece tan común como cualquier otro? Fácil…el silencio incontaminado que allí se respira. Me arriesgaría a decir que si alguien estornudara, sería algo muy parecido al estallido de la tercera Guerra Mundial. ¿No es insólito que en un espacio que guarda a 65 personas el silencio sea el único soberano? No es muy visto en estos días, pero encontré la fuente del milagro. Ahí, de espalda a la clase, se alza la imponente figura de Manuel Rocha-Nan. De facciones duras y avasallantes, el Licenciado en Economía, con un Master en Finanzas, sabe cómo hacer de la Historia del Pensamiento Económico algo masticable. Fue Sectorialista para la Dirección General de Estadísticas y Censos de Córdoba, Consultor para el Consejo Federal de Inversiones, Analista Financiero en el Banco Galicia y Economista Senior en el Ministerio de Economía. A sus 32 años… ¿qué no ha hecho este hombre? “Nunca fui entrevistado”, me dijo entre halagado y enardecido; mientras sus alumnos desfilaban rumbo al receso y él ocupaba su lugar detrás de un endeble escritorio de madera. Su mirada enérgica gritaba “vos preguntame que yo no me callo nada”, y esa fue la luz verde que necesitaba para arrancar…
1. D: Mucho se habló, se habla y se seguirá hablando acerca del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Podrías contarme… ¿Cuál es la función que debería cumplir?
M: Mirá, la principal función que debería cumplir es la brindar estadísticas confiables, oportunas, relevantes, y transparentes a toda la sociedad. Además, es el organismo que debería regular y fijar las pautas con las que se producen los datos estadísticos, no sólo a nivel nacional sino también a nivel provincial y municipal.
2. D: Y vos… ¿crees que está cumpliendo con ese rol?
M: Una tibia masa de aire sale con brusquedad de sus fosas nasales. Sólo dura un segundo o menos si es posible, y en su cara se asoma la típica sonrisa altanera de medio lado, que acompaña sus palabras. ¿Hace falta que te lo diga? Se ríe. Una risa potente como su voz. No, no lo creo.
3. D: ¿Por qué?
M: Bueno, no podría decir que las estadísticas que actualmente produce el INDEC gozan de confiabilidad en un 100%. Es vox populi que los índices de precios, en especial el IPC (Índice de Precios al Consumidor), no están reflejando adecuadamente el incremento de precios que se verifica en la realidad. Sin embargo, el organismo todavía produce información relevante que no pudo ser sustituida por otra alternativa superadora o de mayor confianza, por ejemplo las estadísticas macroeconómicas que se refieren a las cuentas nacionales e internacionales. El problema está en que los precios relevados en el IPC y en otros índices, muchas veces son insumos para la producción de otras estadísticas lo que afecta la credibilidad de éstas. Es como un cáncer que se va esparciendo por toda la producción del organismo público: seguramente habrá órganos más comprometidos que otros, pero en definitiva todos están enfermos. Además, está la cuestión de la transparencia de la información. El INDEC retrocedió mucho respecto a sus pares latinoamericanos, porque se negó sistemáticamente el acceso a las metodologías de cálculo de los distintos indicadores, y esto dificulta la evaluación de la calidad de las estadísticas que hoy produce el organismo.
4. D: El viernes pasado, la directora del INDEC, Ana María Edwin, dijo que “los números de la economía siguen dando bien y, en marzo, creció la economía y el consumo con respecto al mes pasado”. En cambio, Mario Blejer, el economista que estuvo a punto de reemplazar a Redrado en el Banco Central, aseguró que “El INDEC está creando inflación”… ¿Qué pensás al respecto?
M: En realidad, las dos afirmaciones no tienen porqué contradecirse. Suponéte, una economía puede tranquilamente crecer con inflación. Lo que sí es cierto, es que si la inflación está mal medida por el INDEC, es decir, si está subestimada, entonces la economía no está creciendo a la misma tasa que afirma el gobierno, sino a una menor.
Por otra parte, lo que el Sr. Blejer está diciendo es que el INDEC puede estar generando expectativas inflacionarias en los agentes económicos mayores a las que habría en caso de que las estadísticas fueran confiables como en el pasado. En este sentido se dice que el INDEC está generando inflación. El hecho de no poder contar con un verdadero termómetro para medir el incremento de precios hace que la gente se deje llevar por sus propias percepciones de lo para ellas es la verdadera inflación y así, lo único que consiguen es exacerbar el proceso.
5. D: Como dijiste antes, El INDEC está diciendo a todas luces que los datos que proporciona no son correctos, y es obvio que la inflación es mayor de la que nos dice… ¿podés evocar una cifra aproximada?
M: Posiblemente te puedo casi asegurar, que la cifra se encuentra cerca del 25% anual.
6. D: Y… ¿Hay probabilidades de que esa cifra siga aumentando en lo que queda del año?
M: Posibilidades siempre hay. Todo depende que cómo el gobierno maneje las variables fiscales y cambiarias. Teniendo en cuenta que se acerca un período electoral, el gobierno puede aumentar el gasto público más allá de lo que los recursos presupuestarios le permiten y esto lo obligaría a financiarse con emisión monetaria. Por otra parte si la economía verdaderamente está creciendo, la capacidad instalada ociosa va a ir disminuyendo, y si la inversión no acompaña el proceso, las presiones por el lado de la demanda no van a poder ser compensadas con mayor oferta y el resultado va a ser un mayor nivel de precios.
7. D: Y la inflación… ¿alimenta el consumo?
M: No es tan así. Lo que verdaderamente alimenta el consumo no es la inflación sino el aumento del poder adquisitivo de los hogares. Cuando la inflación sobrepasa ciertos niveles, los ajustes de salarios siempre van rezagados a los aumentos de precios y el poder adquisitivo se deteriora, y esto afecta al consumo.
8. D: Siguiendo con este tema, sabés que hace unos días, el vicepresidente Cobos aseguró que para combatir la inflación primero hay que sincerar "los números del INDEC" porque los datos del organismo generan "incertidumbre y dudas" que se trasladan a todo… Vos, ¿qué políticas asumirías para pelear contra la inflación?
M: Algo escuché. Mirá, en primer lugar fortalecería la independencia del Banco Central para que verdaderamente se enfoque en la misión de “preservar el valor de la moneda”. Además, defiendo la idea de que tiene que implementar, cuanto antes, políticas de metas de inflación. Obviamente, para esto es necesario sincerar las estadísticas oficiales de precios. Y finalmente, apelaría a los instrumentos fiscales a través de un mayor control del gasto público para no generar más presión de demanda.
A mediano y largo plazo, las políticas se tendrían que focalizar en mejorar la calidad institucional del país, para generar la confianza necesaria en los inversores y así lograr un shock de inversión que a la larga redunde en una mayor oferta de bienes y servicios.
9. D: Y… ¿Pensás que es posible normalizar las relaciones con el Fondo Monetario Internacional si no se resuelve el tema del INDEC?
M: Comprime con fuerza los labios, lo piensa, abre la boca pero no emite sonido. La vuelve a cerrar, hasta que las ideas se acomodan y larga un: Lo veo difícil. ¿Sabés por qué? Todos los países miembros del Fondo acordaron, al momento de ingresar a este organismo internacional, proveer de estadísticas confiables para ayudar al diseño de políticas económicas. Y Argentina… ¿lo está cumpliendo? Creo que no hace falta contestar…
10. D: Y vos… ¿recomendarías recomponer las relaciones con el Fondo?
M: Por supuesto. Siempre es bueno tener al alcance de la mano fondos frescos a tasas razonables para paliar situaciones de stress económico o de crisis. Es como un reaseguro. “Mejor prevenir que lamentar dijo alguien una vez, y tiene toda la razón”.
11. D: Estoy de acuerdo. Para ir terminando… ¿Hay algo que no te haya preguntado y que desearías agregar?
M: Sí, no me preguntaste cómo me siento en este momento. (Lo soltó sin titubear, con un toque de seriedad y diversión. Ningún sonido más disparó su boca. Esperaba que yo hiciera los honores y cumpliera con las formalidades)
12. D: Bueno, me agarraste. No era la pregunta que esperaba. Pero igual contáme… ¿Cómo te sentís?
M: Por un lado, me siento alguien prestigioso, importante. Y por otro lado, me siento como un participante de Feliz Domingo –levanta la ceja izquierda, esboza una media sonrisa y con un tono burlesco remata-… Pero no me vas a regalar un viaje a Bariloche ¿No? (Risas)
Daiana D. Mediña
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