La casualidad, el desinterés por las ciencias exactas y la dificultad de prosperar en el ámbito musical llevan a Aleix Duran al oficio periodístico.
Aleix Duran, clarinetista de profesión, está plenamente sumergido, a día de hoy, en el ejercicio de la actividad periodística. “No sabía que hacer con mi vida, tenía que decidir rápido y en estos momentos la música no da de comer”, explica este catalán de 21 años que, gracias a la casualidad, la incertidumbre y la presión, ha encontrado en el periodismo una nueva luz en su vida, un nuevo camino profesional que, según contó a este periódico, le apasiona.
Y es que este hecho supone un gran cambio para la vida del músico, que ha tenido que abandonar a Mozart, Stravinsky y Benny Goodman por figuras como Kapuscinsky o Eduardo Galeano, y eso sin mencionar la difícil y pesada tarea de estar al día. “Hasta ahora poco me importaba la realidad, mi mayor preocupación era la interpretación de las partituras y tocar afinado”.
Aunque tratándose de dos mundos aparentemente distintos, la humanidad, el sentimiento y la sinceridad son factores artísticos que Aleix intenta trasladar ahora al ejercicio periodístico. Dos oficios diferentes, un común denominador: transmitir.
Aleix Duran Ayxendri
11 de marzo de 2010
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